Dermatologia Clínica

 

La hiperhidrosis, caracterizada por transpiración excesiva en reposo, es una enfermedad benigna caracterizada por aumento de la función de las glándulas que producen el sudor.

 

Los lugares más afectados son axilas, manos, pies, ingle, glúteos, cara y cuero cabelludo. Ese sudor en gran cantidad deteriora en gran medida la calidad de vida del paciente, dando lugar a situaciones embarazosas a nivel profesional y personal, con disminución de la autoestima.

 

Deteriora mucho la calidad de vida del paciente. Existen varias posibilidades de tratamiento para esta afección: productos tópicos para ser aplicados en la piel, medicamentos vía oral, toxina botulínica y, aún, tratamientos quirúrgicos con extirpación de las glándulas.

 

El cáncer de piel no melanoma es el más común de Brasil, correspondiendo al 30% de los tumores malignos, según datos del INCA (Instituto do Câncer), con más de 175 mil casos nuevos al año.

 

Piel y ojos claros, exposición solar, historia personal y familiar de cáncer de piel son factores de riesgo asociados al surgimiento de nuevas lesiones.

 

La exposición solar en la infancia y adolescencia repetida y prolongada contribuye en gran parte al aumento de este riesgo. Lesiones de crecimiento progresivo y que no cicatriza son las principales características observadas en este tipo de cáncer.

 

A pesar de ser una lesión maligna, tiene un comportamiento benigno cuando diagnosticada y tratada precozmente, con altísima chance de cura. Las mejores formas de prevención son el examen físico dermatológico anual y uso de protector solar con FPS superior a 30.

 

Las lesiones de herpes simples que se presenta de manera recurrente en la región de los labios y genitales se caracterizan por pequeñas vesículas («burbujas de agua») agrupadas sobre un área enrojecida e hinchada, acompañadas de dolor.

 

Los sitios más comunes de aparición de lesiones son los labios y la región intraoral y los genitales. Esta enfermedad es causada por los herpesvirus 1 y 2, de los cuales el 99% de la población ya fue expuesta.

 

Después de la infección por el virus, el paciente puede permanecer asintomático o presentar formas leves e incluso graves de la enfermedad.

 

Este virus permanece de forma latente (sin causar enfermedad) en el organismo y, al reactivarse, migra a través del nervio periférico y vuelve a la piel o mucosas, provocando lesiones; de ahí su carácter recurrente.

 

La reactivación de este virus se produce en situaciones de disminución de la inmunidad, como exposición solar, privación del sueño, período premenstrual y enfermedades febriles.

 

El tratamiento de primera línea es con medicamentos orales, no ungüentos. Los pacientes controlados adecuadamente por un dermatólogo pueden identificar rápidamente el inicio de la afección y utilizar la medicación adecuada, logrando, en muchos casos, detener la progresión de la enfermedad.

 

El acné es una enfermedad de la piel caracterizada por comedones abiertos y cerrados (puntos negros), pápulas, pústulas, quistes e incluso cicatrices en casos graves.

 

Afecta principalmente a la cara, la espalda y el cuello. La enfermedad afecta principalmente a dos grupos de edad: los adolescentes, que presentan el cuadro clásico de acné vulgar con lesiones predominantemente en la frente; y mujeres mayores de 25 años: acné femenino adulto, con lesiones en el tercio inferior de la cara, mandíbula, mentón y cuello.

 

Esta enfermedad es multifactorial, es decir, tiene múltiples causas involucradas en su aparición, como carga genética, cambios hormonales en la piel, hábitos alimenticios irregulares, estrés emocional, falta de sueño.

 

Es sumamente importante entender que es una enfermedad que debe ser seguida por un dermatólogo y tratada con medicamentos. Los cosméticos y las recetas caseras no son un tratamiento y, en muchas situaciones, empeoran la situación.

 

El tratamiento precoz de las lesiones es de suma importancia para prevenir manchas y cicatrices. Se debe evitar manipular las lesiones para no empeorar la inflamación y no aumentar el riesgo de infecciones secundarias y otras complicaciones.

 

Los eczemas son caracterizados por lesiones cutáneas enrojecidas, con ampollas o costras en la superficie, acompañadas habitualmente de prurito.

 

Se clasifican en 3 tipos principales: agudas, subagudas y crónicas en función de las características específicas de las lesiones. Muchas enfermedades pueden generar lesiones eccematosas, algunos ejemplos son: dermatitis atópica, dermatitis alérgica de contacto, dermatitis irritativa, eccema asteatósico (relacionado con la piel seca).

 

El diagnóstico del eczema y la identificación temprana de la causa es muy importante para establecer rápidamente un tratamiento efectivo para el alivio sintomático del paciente.

 

La biopsia es un procedimiento quirúrgico muy útil para el diagnóstico de lesiones cutáneas. Consiste en la extirpación de un fragmento muy pequeño de piel, realizada bajo anestesia local.

 

El material obtenido se envía al laboratorio de patología para la evaluación del tejido bajo el microscopio y, en consecuencia, ayuda en el diagnóstico de la lesión cutánea.

 

Después de retirar el material, se coloca una sutura en la piel y se retira aproximadamente 7 días después del cierre completo de la herida. Este procedimiento se realiza en el consultorio y no requiere retiro de las actividades diarias ni descanso.