Gestantes y lactantes

 

Durante el embarazo, la piel sufre cambios fisiológicos que permiten que la región abdominal se distiende para acomodar al bebé en crecimiento.

 

Después de este período, la piel retrocede solo parcialmente a su tamaño habitual en 6 meses.

 

Las actividades físicas antes, durante y después del embarazo contribuyen a la mejoría de esta condición, sin embargo, muchas veces, algunos procedimientos son necesarios para el retorno completo de la piel del abdomen.

 

La evaluación con un dermatólogo es importante para decidir la mejor opción de tratamiento, que puede ir desde inyectarmedicamentos que estimulan el colágeno hasta procedimientos quirúrgicos.

 

El melasma es una enfermedad crónica de la piel que afecta principalmente a las mujeres. Está relacionado con el fotoenvejecimiento de la piel, dando lugar a manchas marrones de diferentes tonalidades, principalmente en el rostro.

 

A menudo comienza durante el embarazo o el uso de anticonceptivos hormonales.

Hoy en día sabemos que el tratamiento de esta afección no debe limitarse exclusivamente a aclarar la mancha, sino dirigirse a todos los componentes de la piel afectados por el envejecimiento derivado de la exposición solar. El uso de protector solar de amplio espectro (protege de los rayos UVB, UVA y luz visible) es el pilar principal en el tratamiento del melasma. Con el avance de los medicamentos y tecnologías existentes, es posible iniciar el tratamiento del melasma ya en el embarazo sin ningún riesgo para la madre y el bebé. La asociación de blanqueadores tópicos, láseres, microneedling y procedimientos que estimulan el colágeno ayudan en el control de las lesiones.

 

El acné es una enfermedad de la piel crónica y multicausal que puede afectar a hombres y mujeres. Mujeres de todas las edades, incluso durante el embarazo.

 

Durante el embarazo, las mujeres menores de 25 años tienen un mayor riesgo de desarrollar o empeorar el acné preexistente, con manifestaciones de la enfermedad que varían de leves a graves en la cara, el cuello y el tronco.

 

Este riesgo aumenta aún más en pacientes que tenían acné antes del embarazo. El dermatólogo es el profesional indicado para llevar a cabo el tratamiento de esta afección durante el embarazo de forma segura para la madre y el bebé.

 

El tratamiento temprano previene la formación de manchas y

cicatrices.

 

La pérdida de cabello posparto se llama efluvio telógeno agudo. Esta condición es benigna, se inicia en el 3er mes después del nacimiento del bebé, con una duración máxima de 4 meses.

 

Durante este período, es importante evaluar si existen factores adicionales que contribuyan a este descenso, como la anemia, los cambios hormonales o la deficiencia nutricional relacionada con la lactancia.

 

Si la caída del cabello persiste después de los 4 meses esperados, es importante que el paciente sea examinado para descartar otras enfermedades asociadas, como la calvicie, por ejemplo.

 

En estos casos, la consulta con un dermatólogo es fundamental para la investigación y el seguimiento adecuado de los pacientes.

 

Las estrías se producen debido a la descomposición del colágeno y las fibras elásticas de la piel.

 

Son el resultado de la expansión tisular (crecimiento, hipertrofia muscular, aumento de peso, embarazo) o aumento de la concentración de corticosteroides por uso externo o enfermedad (Cushing).

 

Al tratarse de una lesión destructiva en la dermis, difícilmente algún tratamiento resolverá por completo esta condición, sobre todo si las estrías ya están en su etapa final (blancas).

 

Procedimientos como el microneedling y el láser pueden mejorar el aspecto de estas lesiones si existe molestia estética. No se recomienda camuflar estas lesiones con un tatuaje debido a los riesgos inherentes al procedimiento y al cambio de color de la tinta con el tiempo.

 

En cuanto a la prevención, no existe evidencia científica sólida sobre el uso de cremas y aceites para prevenir la aparición de estrías, ¡y mucho menos un estudio que compare ambos!

 

Sin embargo, mantener la piel hidratada aumentará su elasticidad y capacidad de adaptación a los cambios, por lo que te recomendamos usar la crema, y luego el aceite para mantener la calidad de la piel.

 

Es importante recordar hidratar no solo el vientre, sino también los senos (evitando la areola), glúteos y muslos. La mejor medida durante este período, sin duda, es controlar el aumento de peso.